viernes, 19 de julio de 2019

Manejo Agronomico del Cultivo.

Para lograr un cultivo de gulupa de buena calidad, se deben llevar a cabo los siguientes procesos agronómicos como son:

Selección del terreno

Fuente: Fuente: Ocampo J. 2012

Suelos
El cultivo de gulupa requiere suelos de textura liviana para su óptimo desarrollo; estos pueden franco arenosos a franco-arcillosos, con buen drenaje y profundidad efectiva entre 60 a 80 cm. La gulupa puede ser cultivada en terrenos con cualquier tipo de pendiente, considerando que este factor no es limitante para el desarrollo del cultivo (Ocampo Pérez & Posada Quintero, Ecología del cultivo de Gulupa, 2012). El suelo preferiblemente debe tener un pH entre los 6,5 y 7,5 y el contenido de sales debe ser bajo (Jiménez, Carranza y Rodríguez, 2012).

Podas


Esta práctica consiste en hacer cortes de ramas, siendo una labor indispensable para lograr un buen desarrollo, altas producciones, buena ventilación y además facilita el manejo de problemas fitosanitarios en el cultivo (Angulo, 2009; Jiménez et al., 2009). Las herramientas a utilizar en el campo del cultivo deben ser desinfectas antes, durante y al finalizar el proceso con productos como yodo agrícola, amonios cuaternarios o el más común como es el hipoclorito de sodio. Seguido de las labores culturales de poda se debe realizar un selle con un cicatrizante en el momento del corte de la ramas laterales y chupones a retirar con el fin de evitar que la herida producida se vuelva susceptible a infestación de enfermedades por agentes fitopatógenos.
Fuente: Ocampo J. 2012




Después que la planta alcanza la altura del tutoraje se debe realizar el despunte de la misma lo cual contribuye a estimular la planta para que inicie su proceso productivo con la emisión de brotes laterales y nuevas ramas secundarias.  La longitud de estas ramas está determinada por la densidad de la siembra.

Fuente: Ocampo J. 2012


En el momento que la planta de gulupa llega a la etapa de producción, re realiza una tercera poda correspondiente a la eliminación de las ramas más débiles y que no dan muestra de emisión de flores para un fruto.  En este cultivo se presenta una cuarta poda que se hace cuando la planta comienza a decaer en su producción a causa de problemas fitosanitarios, consiste en podar las ramas primarias a una longitud de 70 cm del tallo principal, dejando de 5 a 6 yemas para permitir el rebrote de estas.  Otro método es la poda de renovación total done solo se deja el tallo principal asegurándose antes que el resto de la planta incluidas las raíces se encuentren vigorosas y en buen estado fisiológico. (Ocampo J. E Wyckhuys, K. 2012.)

Todas las ramas de la gulupa presentan en cada nudo una hoja, un zarcillo, dos estípulas, una yema vegetativa y una yema reproductiva que posteriormente se convertirá en una flor la cual dará origen a un fruto (Angulo, 2009). Esto significa teóricamente que cada planta de gulupa tiene la capacidad de producir un fruto en cada nudo y que a cada fruto le correspondería una hoja que sería la responsable del llenado del mismo, pero esto no ocurre siempre debido a diferentes factores como aborto natural por la incapacidad de sostener todos los frutos o aborto inducido por falta de fertilización, exceso de precipitación y HR, falta de agua, exceso de sombrío, altas temperaturas, problemas fitosanitarios y deficiente polinización. (Guerrero E. et al).

Riego


El riego en todo tipo de cultivo es muy importante, para el caso que nos ocupa como es el de la gulupa se debe disponer de un riego en zonas donde existe una mala distribución de las lluvias, ya que el déficit o exceso de hídricos puede causar la caída excesiva de flores y frutos jóvenes.  En épocas secas el estrés hídrico también puede causar anormalidades como frutos rugosos con pulpa seca, insípida y poco aromática (Peasley et al., 2006)

Para la implementación de sistemas de riego es necesario verificar que las aguas provengan de fuentes sostenibles con autorización de la autoridad competente y se debe hacer un análisis de riesgos en donde se tengan en cuenta todos los posibles contaminantes que puedan afectar la calidad de esa agua y la inocuidad del producto. Anualmente se debe realizar un análisis microbiológico por medio de un laboratorio con certificado ISO 17025, para asegurarse del cumplimiento de la legislación nacional que permite hasta un máximo de 5.000 ufc de coniformes totales y 1.000 ufc de coniformes fecales por 100 ml en el agua usada para riego (Ministerio de Salud, 1984).

Nutrición y fertilización



En Colombia, el manejo de la nutrición mineral y la sintomatología de las deficiencias para algunas pasifloras se realiza tomando como referencia la extracción de nutrientes del maracuyá amarillo (Passiflora edulis f. flavicarpa), que en estado adulto en su orden extrae N > K > Ca > S > Mg > P > Fe > B > Mn > Zn > Cu > Mo (Malavolta, citado por Ruggiero, 1980), y que durante el desarrollo de frutos requiere K > N > Ca> P > Mg > S y micronutrientes Fe > Mn > Zn > B > Cu > Mo (Fernández et al., 1977), sin embargo es necesario identificar el requerimiento nutricional específico para la gulupa así corresponda a la especie de passiflora, esto teniendo en cuenta que cada especie se caracteriza por tener diferentes necesidades nutricionales.

Fuente: Agronegocios 2015



 Manejo integrado de plagas y enfermedades

Fuente: Carrillo R., González J.
Para el control de plagas y enfermedades se requiere mantener buenas prácticas de asepsia en el cultivo, esto es, desinfectar el calzado antes de ingresar al mismo al igual que las tijeras a utilizar para las podas deben ser desinfectadas en cada proceso, se deben mantener al día las labores culturales como plateo, podas, recolección de frutos  maduros y los que caen al suelo, hacer poda fitosanitaria, que es retirar los tallos afectados por hongos, así mismo se debe mantener un programa de rotación MIPE donde se incluyan los programas de fumigación según la necesidad.

El MIP requiere una planificación detallada realizada por un profesional competente con ayuda del productor, en donde se tengan en cuenta todas las técnicas y herramientas de manejo disponibles, ajustadas a las condiciones reales (socioeconómicas, ambientales, etc.) del productor, la zona de producción, el cultivo y la unidad de gestión de producción. Es decir, un plan MIP solo es aplicable para unas condiciones particulares y siempre se debe ajustar al contexto real en que se desarrolle la producción (Guerrero-López y Hoyos Carvajal, 2011).

Principales problemas fitosanitarios

Secadera (Fusarium solani y Fusarium oxysporum), Roña (Cladosporium spp.), Bacteriosis o mancha de aceite (Xanthomonas axonopodis), Virosis (Soybean Mosaic Virus (SMV) y Cucumber Mosaic Cucumo virus (CMV)), Nematodos, Trips (Frankliniella occidentalis y Thrips tabaci), Mosca del ovario (Dasiops sp.), Ácaros (Tetranychus urticae)

  


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